viernes, 7 de septiembre de 2012

Amando el muro























Los mensajes se descascarillan hasta desmenuzarse,
aturdiendo tanto a emisor como a receptor,
los dos diluidos finalmente en el viento secuencial
que sólo entienden y escuchan las hojas,
dejándolos pasar.
Las palabras que vertebran la sociedad
quedan en dardos aturdidores,
clavándose y paralizando.
Intento crear un libro,
pasar páginas entre los acontecimientos,
entenderlos mientras huyen enanos diabólicos
como ascuas que arden y que tenemos derecho a tragar.
Se prefiere que se consuman,
que se queden en cenizas,
órganos de papel que puedan manipularse sin miedo,
a lo que tienden nuestros cuerpos.
Páginas como hojas y troncos de árboles,
antes que calles como cuadras de angustiado cero,
mis yemas tocando el mundo
a través de blancas ampollas de desesperación,
filtro necesario para destilar
un poco de amor de entre el cemento,
para acariciar a los ladrillos
sin que se estremezca el muro que siempre se regenera.
Cojo uno y me lo llevo
con la esperanza de hacerlo latir con mi comprensión.
Prometo escucharlo con venas de fuego
y cristales dispuestos a reflejar
vivencias en mis ojos,
darle con mi sangre recuerdos de su carne,
si es que aún recuerda que antes latía.
No me importa la argamasa empleada,
ni el revestimiento,
ni la calidad de su cocción,
tan sólo quiero introducir un ladrillo del muro
dentro de mi noche
para librarlo del golpe exterior,
yo a medio hacer,
yo que huí de lo compacto
y no quiero nuestra mezcla,
sino abandonarme tan sólo a su brillante forma.

Safe Creative #1209072306280



Foto: 
-Schreibe mit Blut (Escribe con sangre) de Lena Hades,
tomado de su serie de óleos sobre la obra literaria de Friedrich Nietzsche Así habló Zaratustra